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La odontología láser ha revolucionado la forma de realizar tratamientos dentales. Como dentista, me entusiasma ofrecerte esta tecnología, que utiliza un haz de luz concentrada para tratar tus dientes y encías de forma precisa y suave. A diferencia de la odontología tradicional, los procedimientos con láser suelen ser prácticamente indoloros y no generan el ruido del torno, por lo que son ideales si le tienes miedo al dentista. Muchas veces ni siquiera es necesaria la anestesia y la intervención resulta mucho más cómoda para ti que con las técnicas convencionales.
Gracias al láser, puedo tratar diversos problemas bucodentales sin recurrir al taladro tradicional. Esta tecnología es muy versátil: por ejemplo, permite eliminar caries superficiales con enorme precisión sin dañar el tejido sano, realizar cirugías de encías con mínimo sangrado, acelerar blanqueamientos dentales e incluso desinfectar una endodoncia. Todo esto sin comprometer tu comodidad ni seguridad, pues el láser es una herramienta dental muy segura en manos entrenadas.
La odontología láser es un tratamiento mínimamente invasivo con precisión excepcional: el láser actúa solo sobre el tejido enfermo y preserva el tejido sano alrededor, evitando daños innecesarios. Además, a diferencia del taladro o bisturí tradicionales, el láser opera sin contacto directo ni vibraciones, evitando las molestias del método convencional. En muchos casos ni siquiera necesitamos anestesia para trabajar con láser, algo ideal si temes las agujas.
Otra ventaja es que al cortar el láser cauteriza al instante: casi no hay sangrado ni puntos de sutura, y la herida sana más rápido con menor riesgo de infección. En mi experiencia, la recuperación con láser es muy rápida: muchos pacientes vuelven a su rutina al día siguiente sin dolor. La seguridad es lo primero: el láser dental es muy seguro en manos profesionales y no tiene contraindicaciones, por lo que podemos usarlo incluso en niños, embarazadas o adultos mayores
No, para nada. Uno de los grandes beneficios del láser es que en la mayoría de los casos no provoca dolor. Muchas veces ni siquiera necesitamos usar anestesia. Al no haber contacto directo como con el torno, no vas a sentir ni vibraciones ni molestias fuertes. Es un tratamiento ideal si le tenés miedo al dentista o buscás una experiencia más cómoda.
Sí, totalmente. El láser es una tecnología muy precisa y segura cuando se usa de forma profesional. Yo estoy especialmente formada en este tipo de procedimientos, y antes de aplicarlo siempre evalúo tu caso para asegurar que sea el método más adecuado para vos. Además, se puede usar en pacientes de todas las edades, incluso en niños o embarazadas.
Muchísimos. Utilizo el láser para tratar caries superficiales sin necesidad de torno, hacer cirugías de encías, desinfectar conductos en endodoncias, aliviar aftas, mejorar la cicatrización post-operatoria y hasta acelerar tratamientos de blanqueamiento dental. Es una herramienta muy versátil y cómoda para vos como paciente.
Es mucho más rápida y llevadera que con los métodos tradicionales. Como el láser genera poco sangrado, inflamación o trauma en los tejidos, la mayoría de mis pacientes no necesita tomar analgésicos ni faltar al trabajo. Además, como no usamos puntos de sutura, la cicatrización es más natural y con menos riesgo de complicaciones.
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