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La limpieza dental profesional es uno de los cuidados más importantes que podés hacer por tu salud bucal. Aunque te cepilles todos los días, hay zonas donde el cepillo no llega, y con el tiempo se forma sarro y placa bacteriana. En mi consultorio realizo limpiezas profundas para eliminar ese sarro acumulado y ayudarte a prevenir enfermedades como gingivitis o periodontitis.
Es un procedimiento rápido, no invasivo y muy beneficioso. En cada sesión uso ultrasonido y herramientas especiales para remover los depósitos sin dañar tus dientes. También aprovecho para revisar tu salud general bucal, detectar posibles caries o encías inflamadas, y darte consejos personalizados sobre cómo mejorar tu higiene diaria. Muchos pacientes me dicen que después de una limpieza sienten la boca liviana, fresca y mucho más limpia.
A veces pensamos que la limpieza dental es solo para “blanquear” los dientes, pero en realidad su objetivo es mucho más profundo: evitar problemas que a largo plazo pueden afectar no solo tu boca, sino tu salud general. Encías que sangran, mal aliento o movilidad dental pueden ser señales de que hay algo que atender, y la limpieza es el primer paso para revertirlo.
Lo ideal es hacerla cada 6 meses. Si tenés brackets, implantes, prótesis o enfermedades de las encías, puede que necesites un control más frecuente. Siempre te lo voy a indicar según tu caso. Además, al finalizar cada limpieza aplico un pulido suave que deja tus dientes más lisos, brillantes y protegidos. Te vas con una sonrisa más sana… ¡y con ganas de seguir cuidándola!
No debería doler. Puede que sientas algo de sensibilidad si tenés sarro acumulado o encías inflamadas, pero usamos herramientas delicadas y, si es necesario, anestesia local para que estés cómodo.
En general, cada 6 meses. Si tenés ortodoncia, encías sensibles o antecedentes de enfermedad periodontal, podemos hacerla cada 3 o 4 meses.
No. Es un mito. Usamos instrumentos que actúan sobre el sarro, no sobre el esmalte. Al contrario, una boca con sarro tiene más riesgo de daño que una que se limpia regularmente.
Sí, pero no como un blanqueamiento. Elimina manchas superficiales (como las del café o cigarrillo), por lo que tus dientes pueden verse más brillantes y limpios, pero no modifica el color natural.
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